Joven cantante de Tierra Amarilla firma con el sello de Bad Bunny

SUEÑOS. Debió dejar el norte para dedicarse a su carrera y su esfuerzos ya están dando los primeros frutos.

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Decidió salir de la región apostando por su carrera musical y su decisión tuvo el mejor de los resulta- dos. Firmó con el sello del re- conocido artista internacional, Bad Bunny.

Se trata de Nicolás Díaz, conocido como Astronautiko, un joven de 24 años, oriundo de Tierra Amarilla y que comenzó a estudiar música en Santiago, debiendo alejarse de su famiia, sus padres y sus dos hermanos.

Desde el norte, le resultaba complejo compatibilizar los tiempos con su carrera, que comenzó a despegar luego del lanzamiento de su primer EP en 2021, «Bahía Cisne».

No le gusta definirse con ningún estilo en específico, pero si dice que tiene influencia musicales con varios artistas nacionales. Bloque Depresivo, Movimiento Original y Shamanes Crew. Además reconoce que «La Noche fue para mí una gran influencia en su momento», comenta.

El sencillo de su primer trabajo, «Ahora que te busco», suma más de 800 mil reproducciones en Spotify y firmó con Rimas Entertainment, el sello de Bad Bunny que en Chile ha hecho tratos de distribución con artistas como Marcianeke, Cris MJ y Pailita. Todos urbanos. Un género del que Astronautiko dice que no se siente parte, pero que escucha porque «los cabros están haciendo buenos temas, así que se disfrutan».

La semana pasada presentó «Mini Mix», compuesto por cinco canciones que reflejan la diversidad de estilos por lo que se pasea el cantautor.

«Tiene una bachata, un bolero, un R&B creo que es, no estoy tan seguro qué estilo es; incluso tiene un poco de bossa nova», dice Díaz, que ha sido catalogado como un músico urbano y folk.

Cuando le piden definir su estilo, no se encasilla en ninguno en particular.

«Siempre me han hecho esa pregunta y la verdad no lo sé. Yo creo que es algo diferente nomás, que no tiene un punto exacto de dónde afirmarse, más allá del color vocal quizás o musical. Pero no sabría si definirlo en uno u otro estilo, porque me levanto un día con ganas de hacer algo y puedo hacer una cumbia o un bolero o cualquier cosa. Lo único seguro es que siempre sale de un sentimiento, siempre existe una razón de por medio, una sensación del pecho que se quiere manifestar. No sé si hay un estilo que me represente al cien por ciento», explicó.

Reconoce que le resulta difícil calzar con ciertos artistas porque es muy aleatoria su música. Tampoco se si soy de una escena exacta, me crié en el rap pero hoy en día no sé. Me siento más parte de lo latino, de la guitarrita, el bolero y esas cosas. Pero es una mezcla de cosas, entonces todavía no me siento muy parte de algo, me siento muy yo no más», agregó.

Y aunque dice conocer a varios de los artistas urbanos que hoy son parte de la escena nacional, no se siente parte de este movimiento tan popular por estos días.

«Conozco a varios de ellos, son gente proactiva, que manejan bien la industria y la industria calza con lo que hacen. No me siento muy parte de lo que hacen, son conceptos muy diferentes, pero nada que reprochar, ellos hacen su estilo y lo hacen súper bien y por algo están donde están. Es super inspirador lo que hacen», agregó el joven.

DESAFÍOS

Nicolás cuenta que empezó en la música rapeando con sus compañeros de colegio a los 14 años. Hasta que un día un amigo llevó una guitarra a la playa «y yo la empecé a agarrar hasta que aprendí». Dice que en un principio sus papás no vieron con buenos ojos que se dedicara a la música, porque no creían que pudiera vivir de eso. Pero hoy es justamente lo que hace, con el completo apoyo de su familia. “Ahora creen caleta en mi», dice.

Y pese a su corta edad, tiene sus sueños y desafíos claro para lo que viene en su futuro, ese que ha ido construyendo poco a poco con su talento musical.

Tengo dos metas, una es la principal, que es poder ayudar a mi mamá, tenerla bacán y a mis hermanos sobre todo. Mi papá también, lograr que ellos dejen de trabajar sería un logro bacán. Y lo otro es poder entregar algo que la gente disfrute, que sea orgánico y genuino, que la gente pueda decir «me siento representado por esto».

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Fuente: Diario Atacama